Fotografía de Ángel Hernández |
Cuando "Credo" está dando los coletazos
finales, cuando es hora de comenzar a hacer balance sobre lo que ha supuesto
para la ciudad y su Territorio albergar la exposición de la XVIII edición de
Las Edades del Hombre, cuando poblaciones de nuestro entorno se afanan por no
perder el tren del turismo intentando buscar una relación con Teresa de Jesús
de cara al próximo centenario del nacimiento de la Santa, es hora de que Arévalo
comience a preparar ya su futuro turístico.
Está claro, como se ha podido demostrar a lo largo de
estos meses, que los acontecimientos religiosos continúan siendo fuente de
atracción de visitantes. La exposición que desde el 21 de mayo se estructura en
las iglesias de Santa María, San Martín y El Salvador, sin duda alguna, ha sido
para nuestra ciudad un reclamo turístico sin precedentes.
Cierto es que Santa Teresa no tuvo una gran relación con
Arévalo. De hecho no eligió esta villa para crear ninguna de sus fundaciones,
aunque según algunas de sus biografías, pasó por Arévalo, de camino a Medina
del Campo cuando se dirigió a esta villa para instituir la que fue su segunda
fundación, y primera fuera de la capital abulense.
De este viaje, y de su parada en Arévalo, cuentan que la
mística abulense pernoctó en la villa, y a la mañana siguiente oyó misa en la
iglesia de Santa María. También surgió una pequeña leyenda o cuento,
refiriéndose a que la Doctora de la iglesia, se lavó los pies en el Adaja, y esta
es la causa por la que los peces que se pescan en este río a su paso por el
tramo arevalense, no se pudren, al igual que se conservan su brazo y su
corazón.
Pero aunque Arévalo no tenga una relación estrecha con
Teresa de Jesús como la que puedan tener poblaciones de nuestro entorno como
Ávila, Gotarrendura, localidad de la que es originaria su familia y de la que
incluso algunos aseguran que es el lugar de su nacimiento, o Medina del Campo,
lo que está claro es que nuestra ciudad está situada entre estos lugares, por lo
que tiene que aprovecharse del turismo que genere este centenario, y para eso
hay que comenzar a vender a nuestros santos.
Quizá sea el momento de retomar aquel programa que, a
bombo y platillo, presentaba hace unos años nuestro alcalde en Madrid en
aquellas jornadas promocionales que realizaba la Cámara de Comercio y el Hogar
de Ávila en la capital de España. Me refiero a la "Llanura Mística".
Arévalo formaría parte de un grupo de localidades de nuestro entorno
relacionadas porque en ella habían residido algunos de los que ahora son los
santos más importantes.
Juan de Yepes, o San Juan de la Cruz, pasó cuatro años en
nuestra ciudad. Fue, pues en Arévalo donde el Patrón de los poetas en Lengua
Española adquirió sus primeros conocimientos, y por ende sus primeras letras.
El fontivereño junto a Teresa de Jesús fueron quienes llevaron a cabo la gran
reforma del Carmelo.
Otro gran santo criado en Arévalo fue Íñigo López de
Loyola, San Ignacio, quien tras su paso por la vida cortesana en nuestra villa,
sufrió una verdadera transformación y creó la Congregación de la Compañía de
Jesús. La educación recibida por el guipuzcoano en sus once años de vida en
Arévalo, ha sido clave para la organización disciplinaria de los jesuítas.
Sólo estos dos personajes justifican la presencia de
Arévalo en una ruta de turismo religioso, pero Arévalo además ha contado con
místicos de otras confesiones. Este es el caso de Moisés de León, que falleció
en nuestra ciudad y que fue el autor de "El Zohar" o "Libro del
Esplendor", la obra más importante de la mística judía. De igual forma
también vivió en Arévalo en el siglo XV Yosef ben Saddiq, autor de "Qissur
zeker Saddiq", Compendio de la Memoria del Justo, y aquí nació el poeta
sefardí Gómez Silveira.
Este sería el momento para comenzar el
"Después" de Las Edades del Hombre. El "Antes" ya lo
conocemos, el "Mientras", lo estamos viviendo en estos días, ahora es
el momento de poner las bases para lo que viene. Desde las administraciones
tienen que luchar para que esta promoción que a lo largo de estos meses ha
tenido Arévalo, tenga su continuidad. El turismo religioso puede continuar
siendo una fuente de atracción de visitantes. Por eso, después de
"Credo", es necesario y sin demora poner en marcha "Llanura
Mística", sin dejar a un lado la "Ruta de Isabel", quien gracias
a su fervor religioso obtuvo el título de "La Católica", de alguna
manera es una mística más, sólo hay que recordar que hay abierto un proceso
para su canonización.
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